Inicio

La triste historia de Rosalía: la momia más bella del mundo

Por History Channel Latinoamérica el 12 de Agosto de 2021 a las 21:38 HS
La triste historia de Rosalía: la momia más bella del mundo-0

Quizá no exista mayor desconsuelo, que el engendrado por la muerte de un niño, especialmente entre sus padres. Es precisamente este sentimiento abisal, la ruptura con el orden natural, lo que da origen a la triste historia de 'la momia más bella del mundo'.

En algún día del mes de diciembre de 1918, nació Rosalía Lombardo. Dos años más tarde, víctima de una epidemia de gripe, la pequeña fallecía por una neumonía. Desolados, su padre, Mario Lombardo, oficial de infantería, y su madre, María Di Cara, acudieron al taxidermista Alfredo Salafia, el más célebre de la época, para que conservara el cuerpo de la pequeña con la mejor de sus artes. Y vaya que sí lo hizo: 90 años más tarde, el cuerpo de Rosalía todavía permanecía en tal grado de compostura y belleza, que la gente la bautizó como 'la momia más bella del mundo'.

El cuerpo de la niña fue uno de los últimos en ser recibido en la sala para niños de las catacumbas de los capuchinos de Palermo, en Italia, cripta hasta donde fue trasladado por su padre. Aunque, según lo estipulado, el féretro de Rosalía debía ser retirado algún tiempo después, las constantes visitas que recibía de familiares, muchos de ellos residentes en el extranjero, obligaron a que permanezca en las catacumbas.

La triste historia de Rosalía: la momia más bella del mundo - 1

Con el correr de los años, las visitas a la pequeña momia superaron el círculo familiar, al tiempo que su notoriedad ganó fama y comenzó a ser visitada por el público en general. Así fue durante mucho tiempo, hasta que, recientemente, su cuerpo fue retirado de la exposición, cuando comenzó a evidenciar los primeros signos, ligeros aún, de descomposición.

Según el cuaderno de notas del taxidermista Alfredo Salafia, el procedimiento que empleó se detalla a través de una inyección de un compuesto ácido salicílico, que acaba con los hongos; sales de zinc, para que el exterior permanezca rígido; alcohol, para secar; y formalina, para eliminar las bacterias. Finalmente, trataba la piel con glicerina, de modo que no resulte excesivamente seca.

 

 


Fuente: supercurioso.com

Imagen central: By Sibeaster (Own work) [Public domain], via Wikimedia Commons

Imagen cuerpo de la nota: By Habanero666 - Own work, vía Wikimedia Commons